2025年9月21日 星期日

Ver al Señor (Dios) vs. Verse a Uno Mismo

 

Ver al Señor (Dios) vs. Verse a Uno Mismo

Is. 6:1–4: “Vi al Señor sentado sobre un trono… los cimientos de las puertas se estremecieron… y la casa se llenó de humo.”
Is. 6:5: “¡Ay de mí! que soy hombre muerto; porque siendo hombre inmundo de labios… han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.”
 

Aspecto

Ver al Señor (Dios)

Verse a Uno Mismo

Significado

Contemplar al Señor glorioso, Su santidad y majestad; obtener al mismo Dios (Mat. 5:8), recibiendo Su elemento, vida y naturaleza.

Bajo la luz de Dios, reconocer la impureza, corrupción e indignidad propias; entender que la vieja creación nada tiene de qué gloriarse y solo Cristo puede limpiar.

Simbología

(1) El templo lleno de humogloria y majestad ardiente (Is. 6:4).
(2) Visión del trono y del Reymanifestación de santidad y soberanía.

(1) Labios inmundos (Is. 6:5), hablar lleno de crítica y murmuración.
(2) Conciencia iluminadaautoexposición.
(3) Aborrecerse a sí mismo (Job 42:6).

Diferencia

Ver al Señor recibir el elemento de Dios, ser transformado (2 Co. 3:18).
Cuanto más lo vemos, más somos santificados y unidos a Él.

Verse a uno mismo reconocer la suciedad, incapacidad y nada del hombre.
Cuanto más nos vemos, más negamos y aborrecemos al yo, volviéndonos a Cristo
.

Explicación

Ver a Dios equivale a ganarlo (Mat. 5:8), y mediante Su gloria somos transformados continuamente hasta la glorificación, cuando veremos Su rostro (Ap. 22:4).

Cada visión del Señor lleva a una mayor autoexposición; se necesita limpieza mediante el carbón encendido del altar (la redención de la cruz de Cristo) (Is. 6:6–7).

Ejemplos

- Isaías viendo al Señor de los ejércitos en el templo (Is. 6:1–4).
- Moisés viendo la gloria de Dios en el monte (Ex. 33:18–23).
- Juan contemplando a Cristo glorificado (Ap. 1:12–18).

- Isaías: “¡Ay de mí! porque soy hombre muerto” (Is. 6:5).
- Pedro: “Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador” (Lc. 5:8).
- Job: ver a Dios y aborrecerse a sí mismo (Job 42:5–6).

Aplicación

- Buscar encontrar al Señor en el espíritu, vivir en Su gloria y presencia.
- Ser continuamente transformados por Su elemento.
- Esperar la glorificación, ver Su rostro y ser uno con Él eternamente.

- Aprender a negar al yo, no gloriarse en uno mismo.
- Guardar los labios, eliminar crítica, chismes, murmuración.
- Confiar en la cruz y en la redención de Cristo para ser limpiados y renovados.

Escrituras Relacionadas (Ampliadas)

- Mat. 5:8: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.”
- 2 Co. 3:18: “Todos nosotros, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen.”
- Ap. 22:4: “Verán Su rostro, y Su nombre estará en sus frentes.”

- Is. 6:6–7: “Voló hacia mí uno de los serafines… con un carbón encendido… y dijo: quitada está tu iniquidad, y perdonado tu pecado.
- Lc. 5:8: “Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.”
- Job 42:5–6: “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto, me aborrezco y me arrepiento en polvo y ceniza.”

Conclusión

Ver al Señor produce transformación, santificación y unión con Él. Verse a uno mismo produce exposición, arrepentimiento y la necesidad de limpieza. Ambos se complementan: cuanto más vemos al Señor, más vemos nuestra condición; cuanto más nos vemos, más necesitamos la redención y transformación de Cristo.

  

*Consulte el tema general de la capacitación de verano de junio de 2025: Experimentar, disfrutar y expresar a Cristo (Parte 3), capítulo 9: La visión, la experiencia, el disfrute y la expresión del tesoro supremo de Cristo para la vida genuina de la iglesia.

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